Descubre todos los tipos y elige el ideal para tu hogar

Las puertas son un elemento del hogar en el que pocas veces nos paramos a pensar, pero que utilizamos constantemente. Tienen un papel decorativo y también funcional: aportan calidez, aislamiento acústico y térmico, permiten modificar la distribución del espacio, proporcionan privacidad y un largo etcétera. Tienen un papel más importante de lo que habías pensado, ¿verdad?

A la hora de escoger las mejores puertas para tu casa, debes tener en cuenta factores como la durabilidad, el mantenimiento y limpieza, la resistencia de los materiales, dónde irá ubicada, el coste… Hazte preguntas como: ¿Qué delimita? ¿Tengo espacio? ¿Necesito un gran aislamiento?

Dado que existen una gran variedad de materiales, sistemas y acabados, a continuación te hacemos una clasificación de todo el abanico de opciones que tienes disponibles, para que la elección te sea más fácil:

Según el sistema de apertura

La elección de un sistema u otro dependerá en gran parte del uso que quieras darle y del espacio disponible que tengas. Las puertas pueden ser:

• Abatibles

Es el tipo más común. Son las que se abren formando un ángulo respecto a la pared, las bisagras fijan la puerta al marco y permiten la apertura. Hay una o dos hojas. Ocupan mucho cuando se abren, por lo que no serán tan útiles si tienes un espacio reducido.

• Correderas

Es un sistema que permite ganar espacio en las estancias, son discretas y modernas. La puerta se desliza lateralmente con un mecanismo de guías superiores e inferiores. Existen dos tipos:

• • Empotradas: quedan integradas en la pared. Es necesaria obra porque la hoja se introduce dentro de la misma pared.
  • Superpuestas: no necesitan obra y son de fácil instalación, puesto que se fijan a una guía situada en la parte exterior de la pared.

• Pivotantes

La puerta gira en función de un eje vertical utilizando pernos giratorios. Es un sistema innovador y poco convencional, que te permitirá instalar hojas de dimensiones elevadas.

• Plegables

Este sistema consiste en varias láminas que se pliegan unas sobre otras. También es una buena solución si lo que buscas es ganar espacio y fácil colocación.

 

Según la composición o materiales

El material con el que está hecha la puerta también es un aspecto que debes estudiar con detenimiento, porque afecta a muchos aspectos de su durabilidad. Existen diversas variedades:

• Madera maciza

Como su nombre indica, se trata de puertas fabricadas con material macizo. En función del tipo de madera sus características varían, la madera más común es el roble. Son buenas puertas para el aislamiento, tanto acústico como térmico y son muy robustas. Requieren un mantenimiento constante y se ven afectadas por cambios ambientales como la temperatura y la humedad.

• De núcleo vacío

El interior de estas puertas está fabricado en forma de panel de nido de abeja hecho de cartón, puesto dentro de un marco de madera y revestido con una chapa. Son el tipo de puerta para interior más frecuente y económico y destacan por su ligereza. Suelen tener un aislamiento y una durabilidad más limitada.

• Chapadas

Son puertas en las que se emplean materiales como el aglomerado o MDF para su interior, son tableros de densidad media fabricados con fibras y resina sintética comprimidas. Luego, son recubiertas por chapa de madera o MDF. Tienen una gran resistencia y no se ven prácticamente afectadas por factores ambientales.

• Aluminio

El aluminio, como te explicamos en otros artículos, es un material muy polivalente y que con el tiempo ha ido ampliando su utilización en diversos ámbitos. Las puertas de aluminio ofrecen resistencia y su mantenimiento es muy sencillo.

• PVC

Este material es cada vez más popular. Es ligero y está disponible en una gran variedad de colores. Las puertas de PVC son fáciles de mantener y resistentes a la humedad, aunque son sensibles a las ralladuras.

Es muy habitual combinar diversos materiales e incluso utilizar otros, como el vidrio, para crear puertas con cristalería.

 

Acabado y diseño

La parte visual y más decorativa de las puertas también necesita un análisis esmerado. Los acabados más frecuentes son:

• En crudo: cuando a la puerta no se le aplica ningún acabado.
• Pintura: con esmalte o pintura en el yeso, normalmente son acabados hechos por los propietarios para dar un toque personal.
• Barniz: aporta un acabado de calidad y mayor durabilidad.
• Lacadas: también es un acabado resistente y duradero. El lacado permite una gran variedad de opciones: colores como blanco, gris, marfil, aluminio, óxido, etc.

Dependiendo de tu gusto y estilo decorativo que busques puedes optar por puertas lisas, ciegas, con cristal, con molduras, con dibujos fresados en la madera… tienes un gran abanico de opciones.

 

Detalles

También debes mirar cuidadosamente los complementos que componen la totalidad de la puerta como son: las manecillas, topes o cuñas, las guías de las puertas correderas, etc. Según su utilidad, la forma, las medidas, el estilo y los materiales de las puertas, la elección de estos componentes será diferente.

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